El ser humano ha sobrevivido durante cientos de miles de
años, e incluso se ha alzado en lo más alto de la pirámide alimentaria, gracias
a una infinita capacidad de adaptación. Paradójicamente, su avaricia y poder de
transformación le ha convertido en la principal amenaza para su propia
supervivencia y la del resto de seres.
Al principio de nuestros tiempos, nuestras habilidades
manuales, la observación de nuestro entorno y nuestra inteligencia nos
permitieron evolucionar rápidamente y aprender a controlar en cierto modo los
recursos del medio. Más tarde, el lenguaje desarrollado y la herencia cultural
aceleraron nuestros procesos de aprendizaje que se dispersaron generación tras
generación mientras caminábamos hacia el equilibrio, no sin grandes tropiezos
por el camino. Tod@s creaban libremente
y compartían su saber haciendo que el grupo avanzase.
Pero el camino al equilibrio se
torció. Las pequeñas comunidades dieron paso a grandes poblaciones y la
producción de la tierra se fue industrializando. El dinero, el mercado global y la propiedad privada
hicieron el resto. El control de la producción pasó a manos de unos pocos,
tanto los medios humanos y tecnológicos, como el propio producto y capital resultante.
Los seres humanos nos convertimos en esclavos, que no somos libres para pensar,
para crear… ni siquiera para trabajar. Y además, somos esclavos cuyo fin es
conseguir mucho capital para el dueño y un poquito para nosotros. Salir del
trabajo y consumir productos que no
necesitamos es lo que nos venden como “libertad”. Todo aquel SABER, todo aquel CONOCIMIENTO, que
nuestros ancestros habían acumulado sobre como relacionarse con su entorno en
equilibrio… TODO, se está perdiendo. Y parece que nadie se da cuenta, que el
progreso cubrirá todas nuestras necesidades...
Las ideas, la herencia cultural y la creatividad al servicio
de la comunidad nos ha permitido desarrollar tecnologías acordes con nuestras necesidades durante decenas de miles de
años. No dejemos que esas ideas y ese conocimiento estén al servicio del Capital y el Mercado. Las ideas dejan de ser libres cuando requieren de un beneficio y en
muchos casos, dejan de ser útiles. ¿Cuántas cosas no inventaríamos 7000
millones de seres humanos si fuesemos libres de crearlas? Las ideas son
propiedad de los seres humanos. Necesitamos más comunidad, más apoyo mutuo, más
personas liberadas del Mercado que piensen cómo solventar las necesidades de
tod@s en este Nuevo Mundo Global. Creación, imaginación, soberanía, libertad, cooperación
y acción son la verdadera revolución que necesitamos. Tenemos a nuestro alcance
los recursos y el poder está en nosotros…
Ideas al servicio de nuestras necesidades y en base a nuestros recursos
La naturaleza y el saber heredado como recurso accesible para cubrir nuestras necesidades
Para fomentar nuestras ideas y nuestra creatividad, nada mejor que absorver de otras ideas: dondeReciclo
Hadiqa